Paula Alejandra Poveda Cocuy

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Hace algún tiempo tren hizo parte del paisaje de Facatativense. Pareciera sonar en lo alto un Carrillon indicando su partida, pero ninguno de los jóvenes del municipio, podrá pensar esa experiencia más allá de imaginar el chooo choo del vapor, porque hace 37 años que la locomotora se apagó.

Sin embargo es muy fácil encontrar sus vestigios de su paso, echando una mirada por la vía que conduce a Villeta. No sólo se pueden ver las vías ferroviarias, o la estación que hoy funciona como paradero de buses. Adicional a estas locaciones se suma, los talleres ubicados en el corzo, y las estaciones que se ubican en Mana blanca y la de los Manzanos, espacios que hacen parte del sistema de Patrimonio pero que se encuentran en estado de Abandono.

El primer acercamiento en este recorrido consistió en visitar las estaciones, sin embargo estas se encuentran cerradas al público por lo que la única opción quedaba en hacer el recorrido por las vías férreas que atraviesan toda la Carrera 1 del municipio. Como no basto con la fotografía para examinar los espacios, surgieron diferentes estrategias, una de ellas fue registrar el metal y la madera en un frotage.
Luego se sumaron a esta colección de trenes, la fotografía de un carguero de papa en la plaza de mercado tomado al rededor de los 70´s, y finalmente cargados de color unos helechos intentando imitar el frotage. Tras juntar un poco más de 150 reproducciones, se hizo necesario pensar una manera para compartirlas con la ciudadania.

La segunda estrategia fue el uso del archivo fotográfico del municipio como punto de partida para a creación de imágenes, a través de la técnica de la serigrafía. Estas reproducciones tenían como eje principal la fotografía de la locomotora número 1 que se mantiene en la estación de la Sabana.
La idea de llevar estas serigrafía a la ciudadania decanto en hacer uso del espacio público y por medio del empapelado fijar estas imágenes en sitios con afluencia de pasajeros, para así generar en ellos preguntas o recuerdos sobre estos espacios abandonados. El primer espacio escogido fue la estación principal, sin embargo obtener un permiso fue imposible, eso dejo como opción el puente de los micos.
La búsqueda termina con el hallazgo de una estación en la vereda los manzanos, que hoy día se encuentra habitada por una familia, que la tomo por hogar hacia los años 60, ellos son Don Luis y Enaida, que viven en compañía de sus nietos Sofía , Mariana y Julian, de 13 ,9 y 8 años respectivamente. La estación permanece en pie gracias a los cuidados que le han brindado, ya que las instituciones estatales poco cuidado prestan a las edificaciones de los Ferrocarriles Nacionales.
El puente de los micos es un espacio sin concurrencia peatonal pero que dentro de las narraciones orales del municipio es altamente nombrado. Este espacio fue empapelado con diferentes serigrafías, pero lo más llamativo sobre esta intervención sería las interacciones con las personas que se acercaban con curiosidad a observar.
Cada persona podía tomar una imagen para llevarla a casa y al tiempo compartir un relato breve sobre el espacio o sobre el viaje en Tren. Producto de esta primera intervención, surge la idea de buscar nuevos espacios para repetir la acción.




Con el permiso de esta Familia se pone en marcha el empapelado de su casa, acción en la que todos deciden participar con entusiasmo, especialmente de parte de los menores, quienes escuchan con atención a sus abuelos contar la historía de un tren que nunca conocieron. Lentamente las paredes son atestadas con imágenes de la locomotora.
Sofía , Mariana y Julian se ven entusiasmados por empapelar su casa, así que nos atrevemos a ver que otros espacios de la casa pueden ser intervenidos. De esta manera llegamos a la idea de utilizar los rieles como soporte, aún cuando el metal no es flexible, siempre existe una forma de marcarlo.
Repetimos el frotage sobre las vías y sobre otros objetos que hacen parte de la casa, para reconocer la superficie de los materiales. También con ayuda de un stencil y un poco de pintura marcamos algunas palabras sobre las vías, como frima de su autoría Sofía , Mariana y Julian pusieron sus nombres sobre ese paisaje que acompaña su vida cotidiana.
Mancilla K5